domingo, 11 de septiembre de 2011

La importancia de la ética para los negocios - Parte II

3)  La ética para los negocios nos da la habilidad para comprender los beneficios y riesgos de diferentes caminos para manejar las cuestiones éticas.
Una vez presentada la demanda, “(…) el juez federal Martin Jenkins aprobó agrupar el caso como querella colectiva, dentro de algunos márgenes de la ley que determina tales casos. (…) No obstante, los jueces del Supremo dictaminaron que en este caso no cabía una demanda colectiva, en línea con lo que había argumentado este gigante de la distribución comercial” (LAVOZDEGALICIA: 2011)

En un primer momento se da un triunfo parcial de las demandantes al aceptarse una demanda colectiva, que aparentemente igualaba las fuerzas, un grupo considerable de empleados haría contra peso contra el gigante Wal-Mart; luego, la empresa apela y en la otra instancia los jueces supremos la favorecen. Acaso un juez supremo, por su investidura, será el dueño de la verdad para plantear que el juez federal “se equivocó” y su dictamen es el correcto. Asumiendo que no hay intenciones manipuladas de parte de los jueces supremos, podemos apreciar que cada juez, en su instancia competente tomó su mejor decisión, priorizando los intereses de la sociedad; entonces, porque se dan resoluciones antagónicas a un mismo caso.

De este somero análisis, y observado académicamente la escena, podríamos inferir que cada juez hizo su mejor esfuerzo, por plantear una resolución que beneficie a la sociedad e implique los menores riesgos para esta. Sin embargo, hay dos visiones clara, la del federal, que pudo haber querido que esos casos de discriminación sean desterrados, dándole una lección a la empresa y haciendo valer el derecho de ese grupo de mujeres, cogió un camino ético, una decisión correcta. Pero, si se observa un poco más allá, detrás de la empresa hay un grupo mucho mayor de beneficiarios (un grupo mayor de trabajadores) que se verían perjudicados a causa de hacer valer al grupo de agraviadas; entonces, quizá el juez supremo avizoró esta consecuencia, y optó por “beneficiar a la empresa”, porque priorizó la minimización de los daños de la decisión judicial sobre la sociedad, una decisión, también correcta de ese punto de vista.

Entonces, si nos ponemos como árbitros, quizá no se cometió un abuso, desde una perspectiva. De la otra, quizá sí. Nos guste o no, los jueces son quienes tienes ese poder de decisión, quienes tendrán que elegir entre esos dos caminos, que al fin y al cabo cualquiera de los dos será ético; se puede apreciar lo complejo de su trabajo y la responsabilidad que implica su dictamen, que vistos de distintas ópticas serán los injustos o justos, es el reto que les encarga la ética para los negocios. La ética para los negocios nos proporciona conocimientos que trascienden hacia otros campos de los negocios.

Qué tan complejas pueden ser las decisiones judiciales, por más que no haya intereses detrás de un dictamen, estos no solo implican la aplicación “literal” de lo que manda una ley o lo que implique el derecho consuetudinario. Saber administrar justicia va más allá de simplemente aplicar una ley u otra que se aplicó en un caso similar.

4) La ética para los negocios nos proporciona conocimientos que trascienden hacia otros campos de los negocios.

Es así, que hacer lo correcto involucra un bagaje de conocimientos considerable y un vasto sentido común, el que sólo es alimentado por los valores y la formación de cada quien. Sentido común que no se enseña en las aulas de la universidad, pues la vida se encarga de eso. Para tomar una decisión de tal envergadura como en este caso, hace falta poder avizorar, poder ver el futuro y los efectos de una decisión.

Esos conocimientos y, más que conocimientos, habilidades que implican tener la capacidad de observar las partes interesadas, su capacidad de defenderse ante el otro, también su vulnerabilidad y si por defenderla no se está perjudicando a otros. Todo un sistema complejo que implican un amplio conocimiento de las leyes sociales, cómo piensa la gente, cómo actúa ante determinado estímulo, cuáles son los efectos posteriores que se podrían desencadenar en los grupos sociales; es decir, un no tan poco conocimiento de sociología. Incluso, podría hacerse necesario conocer la psicología del individuo, sus emociones, qué lo impulsa a actuar, etc.

De los negocios llegamos a la parte judicial y de esta nos vamos a la sociología. Quizá esa sea la ciencia que todo individuo debe dominar, y así lo hizo siempre el hombre, instintivamente aprendió a conocerse como persona y como grupo, porque es ahí donde todo cobra vida y por eso sigue vivo. Ese reto se hace mucho más interesante cuando hablamos de negocios. Y mucho más cuando hablamos de hacer las cosas correctas en negocios, la aplicación de la ética para los negocios.

LA VOZ DE GALICIA (2011)
(
http://www.lavozdegalicia.es/mundo/2011/06/20/00031308594365606685792.htm) Portal de noticias de la ciudad de Galicia. (Consulta: 09 de setiembre de 2011)

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